El brindis de los abrazos

Por SILVIA GABRIELA VÁZQUEZ

el brindis de los abrazos

El brindis de los abrazos

Cuando dieron las doce no brindó nadie.

No porque no hubiera deseos ni ganas de chocar las copas o mirarse a los ojos, sino porque aquel año los había sorprendido una constelación de desilusiones inesperadas, dejándolos sin fuerzas, ni siquiera para elevar los brazos.

Es que un desencanto nunca es pequeño o sin importancia. A la decepción le crecen lágrimas cuando nadie las ve. Y a veces, alas, afortunadamente, para marcharse.

Intuyendo que la mesa se llenaría pronto de teléfonos, nostalgias y reproches, la bisabuela dijo:

 – Por favor, quiero encontrarlos a todos con las manos libres. En esta casa, hoy sólo se brinda con abrazos.

Fue así que padres e hijos, tíos, sobrinos, nietos y abuelos olvidaron cada dolor por un momento, mientras lo hacían descansar sobre otros hombros.

Y la mesa volvió a ser lo que era: un lugar para recordar y recordarnos el milagro de estar juntos, sosteniéndonos…


(Silvia Gabriela Vázquez es autora, entre otros libros, de “Cuentos alados para chicos valientes”, “Poemas desovillados” y “La tenacidad de la palabra”, todos publicados con fines solidarios)

Autor entrada: Pedro Polo

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